viernes, 16 de mayo de 2008

DUDAS, DESPISTES Y FRANQUEZAS: ¿OTOÑO?

Me he levantado con la primavera puesta. Pensaba que éste era un mes de flores y tardes templadas. Algún que otro charco y el polen pululando por doquier. Que eran dias amables de soles más llenos. Y que el camino se cuajaba de amapolas y lavandas como perlas de rocío. Juan Ramón Jiménez pensaba que la primavera era amarilla. Y no el verano, no. La primavera. Y resulta que ni amarilla ni verde. Es roja. Roja, como la sangre que hierve. Y que en medio del verdor y la vorágine de hormonas desatadas también asoma el otoño, celoso tal vez de tanta luz blanca. El otoño, que a escondidas deja su marca de que ha estado y estará, como un amante más, como un hermano. Ahí están, unidas al tronco de un árbol, sus hojas...


5 comentarios:

Unknown dijo...

¿Roja? ¿Por qué la primavera es roja? No termino de entenderlo, pero escribes con tanta alma, que me lo creo y suscribo tus letras.

Besos.

Ángel Fondo dijo...

Y sí, ciertamente, nos está desconcertando esta primavera con memoria de otoño. Parece que ha perdido su aderezo de esmeraldas y esplendores, su capacidad de alborotar las risas de la piel y los sentidos. Primavera y otoño son como esos amantes que se muestran impúdicos a nuestros ojos; y ahí estamos siempre, como mirones ocasionales de su ocaso y renacimiento.

No sabría definir esa especie de prodigio que me hace sentirte tan cercana. Quizá es porque siempre he pensado que en lo único que uno no puede ni engañar ni engañarse es en lo que escribe cuando lo hace sobre uno mismo y sus emociones.
Siempre me hiciste creer que te gustaba ese imaginario Robin que me hace fantasear con que sigo conservando la pasión y la capacidad de asombro.
Yo de ti prefiero a esa soñadora capaz de conmoverse por una sonrisa o de escribir con sencillez y profundidad con tan sólo algunas frases.
Nos vamos conociendo y posiblemente nunca lleguemos a vernos, pues los blogs se asemejan a las aves migratorias, que en algún momento desaparecen con un largo vuelo. Y nos quedará ese regusto amargo, ese no alcanzar con los brazos demasiado lejos.
Nos abrazamos de espíritu, pretendiendo ocultar que somos mancos cuando usamos este medio engañoso que es la tecnología, aunque sé, sabemos que algo va solidificando y adquiriendo la importancia de ese tesoro del que solamente uno mismo conoce el valor y lugar exacto donde se encuentra.
Hoy estoy charlatán, ya ves…. Será por esta primavera otoñal. Y esto no es una carta sino un comentario. Bueno, pues que compense mi ausencia en tus otras entradas.

Hasta siempre …mi querida amiga.

Muchísimos besos

ladysteffi dijo...

Noelia:

Que pena que no lo entiendas!! Que conste que la primavera es del color que tú quieres que sea, por supuesto. El rojo es sinónimo de pasión...yujujujuuu...Aunque en realidad era sólo un guiño a unas hojas de otoño que encontré hace apenas una semana en un árbol verde y frondoso.

¡¡¡Un beso grande!!!

Robin:

hasta tus comentarios son poesías...si es que no lo puedes evitar. Lo llevas en la sangre. Que suerte tengo de que me dediques tantas lineas. Y tan hermosas...

Y para mi Robin no es imaginario. Es real y se dónde vive: en un pedacito de ciberespacio llamado "las horas discretas". Es una isla a donde llegan muchos barcos. Allí reside un poeta al que no le gustan los ruidos y sí las pisadas de pies descalzos y los minutos silenciosos de la siesta. A ser posible, acompañado por alguna que otra caricia. Robin es como una sirena. Una vez que le escuchas, necesitas volver a su isla.

Ya ves, to también estoy charlatana. Será este otoño disfrazado de verde.

Un abrazo y un beso de espíritu.

ESTRIGOIU dijo...

Pero esta primavera acaba con todos los provervios y dichos sobre ella: si en Abril aguas mil en este mayo mayores lluvias y rayos. Nos estamos cargando el clima.

ladysteffi dijo...

Desde luego...mirame a mi...en pleno Junio con un catarro de carallos...si es que no se puede...