viernes, 2 de mayo de 2008

LA PRIMAVERA


Dice que sí, que la primavera le da alergia, porque el corazón se le hace pequeño y vulnerable frente a los recuerdos. Porque se le encoge y le parece que Le falta el aire, y a veces, hasta las palabras parecen armas punzantes.

Dice que sí, que las flores, el sol y el olor a calor le hunden sin remedio. Le llevan hacia un lugar aislado en donde sólo hay eco y sombras del pasado. Un lugar en donde no entra más luz que la del parpadeo rápido. Y apenas le da tregua para seguir respirando como un autómata y para pasar lentamente las hojas del calendario.

Dice que sí, que a él la primavera no le altera la sangre, sino la conciencia, y que le gustaría sentirse como el resto, imbuido por la fuerza del amor optimista y devastador. Para poder, en definitiva, sentirse vivo.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Qué bonito escribes, niña. A mí también me gustaría que la primavera fuera señal de florecimiento, y no de apatía. Es una contradicción, ¿no? Lo de la astenia, digo.

ladysteffi dijo...

Graaaaaaaacias!! No te preocupes, guapa. Hay flores de invierno igual de hermosas que las de primavera. Como la anémona. Cada uno florece cuando puede o cuando le dejan...

Un besooooo!!