miércoles, 7 de noviembre de 2007

DUDAS, DESPISTES Y FRANQUEZAS: OBSESIÓN POR UN ANUNCIO

Llevo unos dias obsesionada con un anuncio. Y como toda obsesión es mala, he decidido hacerlo público, a ver si así consigo vencerla y dejo de ver una invasión de "conejitos de colores" por las calles.

No se si será la hipnótica canción de los Rollings, el empacho de colores, o la plastelina como tema recurrente de regresión a la infancia. ¿Quien no recuerda ese montón de colores aplastados sobre la mesa, que intentaban simular un perro, un pato o un elefante?. Los más osados intentaban construir una casa. Lo mejor es que todo, absolutamente todo, ya fuera cerdo, gato o abejorro, empezaba del mismo modo: a partir de una serpiente laaaarga y fina...tan fina que a veces terminaba hecha pedazos.

Con lo difícil que era luego devolverle la forma a las bolas de plastilina sin mezclar los colores...Y ese olor que se te quedaba pegado a las manos. Que no había forma de deshacerse de él...ni con jabón lagarto.

La plastelina y la infancia. Qué recuerdos... Con ésto, los pillos de Sony consiguen que volvamos a los 6 y 7 años...y que alguno se pida la pantalla a los Reyes Magos.

Así que me quito el sombrero ante esta obra de arte que consigue ponerme los pelos de punta desde el primer acorde. Un bravo por Bravia...Y ...pachín pachín pachín, mucho cuidado con lo que haceis...pachín pachín pachín..al conejito no piseis.

4 comentarios:

Ángel Fondo dijo...

Me has hecho recordar con lo de la larga serpiente o longaniza una época muy feliz de mi vida. Efectivamente, la plastelina nos convertía en artistas durante unos minutos y hasta ese definitivo final, aplastada de nuevo sobre el tablero, era propio de nuestro temperamento artístico más rebelde; acabábamos destruyendo la obra que casi siempre se asemejaba a un asno a pesar de que nuestra intención fuera darle forma de brioso caballo.

Siempre es para mi un placer sentir tu compañía, querida amiga.

Unos besos en lunes nunca te vendrán mal...ahí van.

Unknown dijo...

Qué grande... A mí la plastilina siempre se me secaba... Reconozco mi inutilidad para los trabajos manuales.

Besotes.

ladysteffi dijo...

Robin:

en la mayoría de los casos recordar la infancia siempre nos genera una sonrísa. ¿Por qué será?. Qué tiempos aquellos, ¿verdad?. Y claro, lo importante del asno es que para nosotros siempre parecía un hermoso caballo. A veces echo de menos esa sobredosis de imaginación...el mundo era mucho más bonito.

A mi los besos me vienen bien en cualquier momento. Yo te mando unos cuantos para el fin de semana.

Noe:

Oye, que la plastelina se le seca a todo el mundo...como las pipas del melón si las dejas unos dias al aire. Pero no veas la de utilidades que tienen luego...que collares más bonitos llevábamos!! ;-)

ESTRIGOIU dijo...

Hasta que descubrí el Lego y luego el Tente, la plastelina fué el vehículo para mi ninegable capacidad de crear cosas extrañas. Y cómo se quedaban las huellas en la plaste..

Los anuncios de Sony, de los mejores: ¿os acordáis del de Bravia con el que pintan un edificio entero con botes de pintura en explosión?