Cada año que se aleja o desvanece no se pierde. Se definen como sombras. Permanecen habitando ese espacio invisible que sostiene la vida.
Son destellos efímeros en una escala sin fronteras.
Finísimos hilos entrelazados, unidos como eslabones o notas en un pentagrama vacío.
Y la música continuará improvisando para tí. Y tú, de pie, frente a la orquesta.
2 comentarios:
Jolín cómo escribeeeeeeeeeeeees!!! Bienvenida a la blogosfera. Un beso fuerte.
Siempre me ha gustado este texto.
Y me parece que al acercarse el final el año es bueno recordarlo
Un beso
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