Puedes creer en ellas. Puedes no creer. Yo he visto una sirena nadar en el azurro intenso y casi artificial de Capri. Tal vez sea donde buscan ese rayo de luz que transforma el azul del mar en un sueño.
Del azul...al verde. Románticos acantilados con vistas como estas...
El otro paraíso: Ischia. Un remanso de tranquilidad. Antigua colonia griega gobernada por un castillo.
Y de nuevo, el mar. Los aromas del limón. La brisa húmeda. El calor del sol. Los reflejos, las sombras. Una tormenta...
2 comentarios:
También estuve en Capri, cómo no, en aquel viaje. Conocía aquella canción de Hervé Vilard que tuvo tanto éxito -Capri c'est fini- y tenía idealizada esa isla mediterránea. No me defraudó, era bellísima y el marco ideal para un romance. Yo tuve ese romance conmigo mismo…algo es algo.
Tienes una espalda preciosa pero no guardes para ti sola las fotos donde muestras esa sonrisa que tanto me gusta …porfa.
Gracias a ti, eres un sol.
Un besito.
Tener un romance consigo mismo es lo mejor que te puede pasar, sin duda..jaja...Pues sí, aunque te describan la isla nunca llegará a ser lo mismo. No defrauda. Supera las expectativas.
Gracias por lo de la espalda, pero no es la mia!! jaja!! Yo casi nunca me incluyo porque me tengo muy vista...
Besitos!!
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