A PROPÓSITO DEL SEÑOR OSO Y LA SEÑORA GOTA DE AGUA...

Es sólo una cabeza unida a un trozo de tela. Con dos ojos redondos que miran al frente y una sonrísa eterna. El señor Oso ha aguantado babeos, achuchones y ratos de insomnio. Y siempre devuelve la sonrísa, a pesar de las lágrimas y los mordiscos. Él vela por sus sueños y nunca le abandona. Y ella le recompensa a su manera, con palabras que se escurren torpemente entre los labios. Sin duda, es su primer mejor amigo. Sabe que puede contar con él incluso cuando esté enfadada y le zarandee de un lado a otro sin razón aparente. Él, sus ojos y su sonrísa. Siempre su sonrísa. Y los miedos se diluyen en la noche como sombras que se apagan. Porque para eso está el señor Oso, para que no existan los miedos ni las pesadillas.

La señora gota de agua es de plástico y usa flotador. Claro, si no, se hundiría y se acabaría fundiendo con el resto de gotas. Por eso lleva flotador. Ella la agarra con fuerza, y no la suelta. Sabe que si se le escapa, podría perderla, y eso es una aventura demasiado arriesgada. La última vez que se le escurrió, terminó escondiéndose en una montaña de espuma. Por eso la aprieta contra su pecho sin soltarla, porque sabe que quien suelta su tesoro para buscar otro, probablemente se queda sin ninguno de los dos. Puede que aún no sepa escribir, ni hablar, ni resolver logaritmos, pero eso, lo sabe. Como muchas otras cosas. Por ejemplo, que la señora gota de agua, nunca se hunde, porque es su segunda mejor amiga, y los segundos mejores amigos, nunca se hunden.