A una se le corta la respiración cuando te miran de frente y se quedan quietos, muy quietos, y desde su libertad parecen decirte: "estoy contigo porque quiero, no porque tú me lo ordenes".
Tienen alrededor ese áura mágico que acompaña como una sombra a los artistas. Y van dejando a su paso una enredadera de ojos prendados. Te hipnotizan con una sóla mirada, con un paso o un silencio. Consiguen que un escalofrío te cruce la espalda.
Es hermoso verlos a su aire, en ese mismo momento en el que doman al tiempo. Como hacen los hombres con ellos, susurrándoles y echándose a galopar en silencio. La única forma de hacerse con su voluntad para siempre.
1 comentario:
Holaaaaaaaaa... tienes un regalito en mi blog. Besos.
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