Se miran sin decirse nada. Como quien contempla el horizonte infinito del océano.
Sin decirse nada.
A veces se rehúyen, alarmados al verse desnudos por vez primera. Por miedo a encontrarse cicatrices en el alma.
Están cerca,muy cerca.
Se miran sin decirse nada. Y el tren avanza deprisa. Una estación, y otra.
Él se acerca a la puerta y le dedica una última mirada.
No se conocen. No se conocerán nunca. Pero saben, en ese mismo momento, que se aman.
Sin decirse nada.
A veces se rehúyen, alarmados al verse desnudos por vez primera. Por miedo a encontrarse cicatrices en el alma.
Están cerca,muy cerca.
Se miran sin decirse nada. Y el tren avanza deprisa. Una estación, y otra.
Él se acerca a la puerta y le dedica una última mirada.
No se conocen. No se conocerán nunca. Pero saben, en ese mismo momento, que se aman.
5 comentarios:
Qué bonito, niña. Y qué cierto. Cómo será eso de que te enamores de una persona y sepas que nunca más la vas a ver. Que su recuerdo te va a perseguir el resto de tu vida y que no vas a poder alcanzarlo, porque su tren, y el tuyo, ya se marcharon. Y no vuelven.
Recuerdos, sólo recuerdos. Eso será. Quien sabe, hay trenes que no se sabe por qué motivo,vuelven a cruzarse un día cualquiera sin previo aviso. ;-)
Pufff... muy difícil. Ya sabes cómo está la Renfe.
Cuando el cerrar de esa puerta sea punto y aparte de una de las frases con que se va escribiendo ese amor, posiblemente, permanecerá en la retina del alma la excelencia del traqueteo del tren. Una a una las estaciones serán memorizadas, las vías seguirán creciendo interminables, pariendo sus traviesas de recuerdos, y el blanco humo será beso en el cielo azulado del pasado. Si la pasión conduce nadie puede saltar del tren en marcha sin romperse los huesos de la dicha y el llanto.
Un beso enorme.
Impresionada me tienes, Robin...muchas gracias por visitarme y regalarme una de tus joyas. La guardaré bajo llave. PD.¡¡que vivan los trenes de la pasión!!
Publicar un comentario