Y así, de pie,frente a la puerta. La mirada triste y el porte sereno. Sus dedos largos y finos entrelazados. Un rostro cubierto de años. Así, de pie, frente a la gente. Callado,cercano. Sus ojos de agua como un mar en calma, a pesar de haber librado cientos de batallas. El alma encogida. Pero sin miedo. Capaz de hacer hermosa una tragedia. Capaz de enmudecer a una persona. Con sus palabras lentas, con sus silencios largos, con su voz cansada pero alerta. Así, de pie, contra la muerte, así he conocido hoy a Juan Gelman,el nuevo premio Cervantes. Una sóla mirada suya me ha hecho comprender de inmediato que el que me miraba, poeta hasta las entrañas, es capaz de desnudar el alma. Y que sin ella, la poesía, sería un pellejo sin marcas desolado y vacio.
Felicidades, Gelman, por creer en la palabra.
