Cinco razones por las que merece la pena visitar Nicaragua:
1. Un ATARDECER de un naranja rabioso sediento de miradas. El sol de la tarde se cubre por un velo traslúcido. Parace que el país entero arde en un incendio. Imposible librarse y no sucumbir a su fuerza.

2. La SONRISA de los niños. Han pasado decenas de penurias, y eso que apenas levantan medio metro del suelo. Sus ojos se muestran limpios y a pesar de no tener nada, lo tienen todo. Su sonrísa es demoledora. Te hacen sentir superfluo y frágil, sin escudos.

3. Los fantasmas del pasado se recogen en libros ANCESTRALES. Las arrugas no son años, sino raíces que se dibujan lentamente en el rostro. Por ejemplo, entre los indios de Mozonte.

4. Un PAISAJE sorprendente. Aún existen lugares en donde huele a azufre. Volcanes que escupen cenizas, lagos que parecen océanos. Plantas de hojas infinitas. Selvas de un verde profundo...


5. El calor te araña y te transporta a otro estado. Toda ciudad tiene un ALMA. En Managua un hombre se ruboriza ante el piropo de una chica. Las calles no tienen nombre. Los árboles sirven de guia. Los semáforos atraviesan el cielo como lanzas. Los niños se disfrazan de gigantes y cabezudos para pedir dinero. Aún sin mar, huele a pescado. Y a calor. En Nicaragua siempre es verano. Las discotecas vibran y los cuerpos desnudos se retuercen sensuales bajo luces de colores. La noche late con fuerza. Aún sin sol,las aceras queman. Los autobuses amarillos de los estudiantes de Estados Unidos serpentean por las calles. Los puestos callejeros venden agua, mangos y papayas.



