"En un pasaje de "El fantasma de la ópera", el fantasma, un gran genio que vive oculto, sin dejarse ver, por causa de su gran fealdad, nos describe lo que más desea en este mundo, y ello no es sino pasear por los bulevares, al atardecer, con una bella dama del bracete, como un burgués cualquiera. Para mi, ese es uno de los pasajes más conmovedores de la literatura.."
(Sam Savage "Firmin")
jueves, 14 de enero de 2010
PERDÓN POR EL RETRASO..
No se si llego tarde. Pero es que al final me entretuve un poco con la vida. Lo mio nunca ha sído colgarme del reloj ni atarme los segundos al bolsillo. Por eso se hizo tarde. Pero tengo excusa. Estuve de charla con la vida. Unos cuantos meses. Hasta aquella noche fría de media luna. Entonces llegó él. El silencio roto por un llanto. Ocurre siempre que no sabes dónde estas. Te sucede que lloras o te asustas. Él se asustó, pero pronto encontró mis manos y mi calor y cesó el llanto.
Así que aparezco y desaparezco por Ushuaia. Me pongo a andar y se me pasa el tiempo hablando con la noche y el silencio. Y sobre todo, con ella y ahora con él. Apenas entiende lo que digo pero sonrie tanto que a veces pienso que su sonrísa va a saltar de un brinco y va a echar a correr. Tiene un nombre dulce. Él,digo. Me recuerda a la miel de mil flores porque es limpia, casi transparente. Como su sonrísa.
Perdón por el retraso. Se que llego tarde. Pero es que al final me entretuve un poco con la vida.
lunes, 18 de mayo de 2009
"Porque te pienso...
.. porque la noche está de ojos abiertos..
porque la noche pasa y digo amor...
porque te miro y muero
y peor que muero si no te miro amor
si no te miro.."
Jamás olvidaré el instante, el único momento en que pude hablar con él. Besarle. Un beso éfimero. Sus manos frias repletas de vida. Sus dedos largos y delgados. Yo tenía 25 años. Él, 79.
Yo frágil y asustada. Él, inmenso. No se qué mágico influjo hizo que pudiera cautivarme tal dureza. Ese corazón coraza, tal vez. Su mal genio se esfumó en pocos minutos. Hablamos del amor, de las ausencias. Del vacio y de la muerte. Sus ojos diminutos enmarcados de vida. Sus versos. Las alas de sus letras vencieron a la espera, al adiós falto de cariño.
Su espalda ya cansada alejándose para siempre.
Aún guardo ese recuerdo como un tesoro.
Lo mejor de don Mario es que a muy seguro aún estará observando, y sin dejar de escribir, inagotable, seguirá regalando versos sobre este último exilio.
"No voy a irme así no más. Tendrán que echarme sin motivo.."
("Vivir adrede"- Mario Benedetti)
porque la noche pasa y digo amor...
porque te miro y muero
y peor que muero si no te miro amor
si no te miro.."
Jamás olvidaré el instante, el único momento en que pude hablar con él. Besarle. Un beso éfimero. Sus manos frias repletas de vida. Sus dedos largos y delgados. Yo tenía 25 años. Él, 79.
Yo frágil y asustada. Él, inmenso. No se qué mágico influjo hizo que pudiera cautivarme tal dureza. Ese corazón coraza, tal vez. Su mal genio se esfumó en pocos minutos. Hablamos del amor, de las ausencias. Del vacio y de la muerte. Sus ojos diminutos enmarcados de vida. Sus versos. Las alas de sus letras vencieron a la espera, al adiós falto de cariño.
Su espalda ya cansada alejándose para siempre.
Aún guardo ese recuerdo como un tesoro.
Lo mejor de don Mario es que a muy seguro aún estará observando, y sin dejar de escribir, inagotable, seguirá regalando versos sobre este último exilio.
"No voy a irme así no más. Tendrán que echarme sin motivo.."
("Vivir adrede"- Mario Benedetti)
jueves, 23 de abril de 2009
ESCRITO EN LA ARENA
"No hay tiempo que perder. Realiza tus sueños antes de que se esfumen. No dejes que se extingan para siempre. Si pierdes tus sueños, perderás la razón".
Arundhati Roy ("El dios de las pequeñas cosas")
¡¡FELIZ DÍA DEL LIBRO!!
Arundhati Roy ("El dios de las pequeñas cosas")
¡¡FELIZ DÍA DEL LIBRO!!
lunes, 2 de marzo de 2009
NO MÁS CAMINOS
Amanece. Uno de esos días frios de invierno. El sol se cuela por la ventana. Observa la luz de la mañana. Algún almendro que ya huele a primavera. Las mismas caras. Sonrísas amables. Minutos de espera. El desayuno de media mañana. Más trabajo. El reloj. El teléfono. Es ella. Una comida. La tarde. Anochece, y él cierra los ojos sin saber que será la última vez. Que no habrá más amaneceres. Ni más reflejos en el espejo. No más desayunos. Ni más febreros. No más trabajo. No más caminos repletos de jaras y amapolas.
Y ahora es ella quien tiene que aprender a vivir de nuevo. A reconstruir su sonrísa. A intentar encontrarse el alma. Y es tan difícil...que aún pasará mucho tiempo y seguirá sin entender por qué así, sin avisar. Por qué a él. Por qué a ella.
PD. A Javier, que decidió irse en una noche de luna de sonrísa blanca.
Y ahora es ella quien tiene que aprender a vivir de nuevo. A reconstruir su sonrísa. A intentar encontrarse el alma. Y es tan difícil...que aún pasará mucho tiempo y seguirá sin entender por qué así, sin avisar. Por qué a él. Por qué a ella.
PD. A Javier, que decidió irse en una noche de luna de sonrísa blanca.
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